Muchas veces y en extremas situaciones de estrés, cuando es difícil tomar una decisión, dormir, comer, relacionarse con los y las demás, disfrutar de cosas que nos gustan, es bueno imaginarse nuestro lugar en el mundo que nos calme y nos dé seguridad.
Pero, ¿dónde?
Nuestro lugar en el mundo, ese espacio exclusivo, puede estar entre los mapas del mundo o, más bien, establecerse en ciertos textos de nuestra memoria. Quizás, podría ser algún sitio donde fuimos felices que quedará siempre en el recuerdo de un tiempo y que es posible hacer volver cuando queramos.
Algunos problemas
En ocasiones, también es placentero quedarse ahí con música que nos acompañe, junto con olores y sabores nuestros. Entonces, la mente logra lo que para nosotros en nuestra consciencia es imposible: dejarnos llevar y fluir un poco. El problema es que se torna complicado vivir en la imaginación y los sentidos de una zona sin mapa, sin una cartografía actualizada entre nuestros recuerdos, en ese sitio extraordinario que hemos elegido como nuestro lugar en el mundo
Cómo resolverlos
La pregunta es retórica. Los planos de nuestra mente son como un libro que nos gusta: se escribe infinitamente con la creatividad, siempre con la marea inconsciente a nuestro favor. Así que cuando necesiten un espacio donde ir, dejen que fluya para que aparezca esa zona feliz, que seguro tienen dentro de sus planisferios imaginables.
La verdad de nuestro lugar en el mundo
La verdad es que no es tan fácil lograrlo, pero si cuentan con lecturas cercanas, películas perfectas o canciones sin iguales, no les queda más que atravesarse la barrera del sonido del arte. Después, sólo habrá que fusionar y fusionar hasta que su, nuestro lugar en el mundo sea un hecho tan tangible que lo podamos llevar adonde queramos y cuando queramos.
Lo que dices es una muy buena idea. Gracias por tu texto.