Baby TV es el primer canal de televisión hecho exclusivamente para bebés, niños y niñas menores de 3 años. La galería del abuelo, una de sus joyas.
Un canal de cabecera
Se trata de emisiones que alternan los diferentes instantes vitales de una personita muy chiquita que está descubriendo su mundo: animales, colores, números, canciones, alimentos, momentos del día, hábitos. A primera vista, y si estamos haciendo zapping como “gente adulta”, este tipo de programas pasa absolutamente desapercibido de nuestra percepción. Sin embargo, cuando tenemos bebés en casa, muy probablemente, este sea nuestro canal de cabecera. Al comienzo, es impensable e increíble ver esta cadena interminable de imágenes casi sin palabras; sólo existen unos pocos códigos rodeados de musiquita muy pero muy simple y bella.
Entonces, un día nos permitimos (o mejor dicho, nos dejamos sorprender) y vemos esta compilación (casi) básica, esencial de la vida. Y, repentinamente, no es solamente un programa que nos engancha, sino varios. Hasta el punto en que nuestros bebés nos llaman la atención porque estamos viendo la tele.
¿Dónde está el abuelo? ¿Dónde se esconderá?
Dentro de este lapso, cuando nos consentimos y accedemos a ser tan o más chiquitos que nuestros hijos e hijas, somos muy felices –en especial, para mamás y papás que disfrutan de la cultura, por ejemplo, con uno de mis fragmentos preferidos: “La galería del abuelo”.
Un señor muy pintoresco aparece detrás de una tela. Luego un niño muy pequeño –que tiene lentes y un compañero conejo- busca a ese señor pintor y lo saluda con un “Hola” casi inentendible, igual que hablan los bebés. El abuelo le pregunta si quiere jugar a las escondidas. Y aparece una voz que nos pregunta: “¿Dónde está el abuelo? ¿Dónde se esconderá?”.
Frente a muchas opciones, nos enteramos de que se esconde en una galería. El niño, junto con su conejito que vuela, encuentra en cada episodio una pintura distinta y se mete a buscar a su abuelo, como sucede al mejor estilo “Sueños” (1990) de Akira Kurosawa. Mientras, la canción es tan tierna como acogedora y nos vamos de viaje para descubrir dónde está el abuelo. Pinturas rupestres, dibujos en vasijas griegas, arte africano y árabe, en fin, parte de la historia del arte, no sólo occidental –Raphael, Paul Cézanne, Monet- sino mundial, son habitadas por todos, a través del cuerpito de ese niñito y el conejo azul.
Pero lo mejor es cuando, al final, encuentra a su abuelo y se abrazan. Es como si por unos minutos, la cronología de nuestra infancia hasta nuestra vida de hoy se actualizara y sintiéramos, una vez más, el amor de los abuelos y abuelas de cuando todavía no éramos grandes.
Dos recomendaciones en «La galería del abuelo»
Uno de los episodios inolvidables, sin duda, es el escondite del abuelo en la pintura De sterrennacht o Noche estrellada (1889), donde vemos a un pequeñísimo Vincent Van Gogh durmiendo en su cama. Y otro también para no dejar de ver es cuando el niño y el conejo entran en la pintura de Cézanne y juegan al fútbol con un fraile, luego que descienden por un campanario. Se los dejo aquí, para que no se queden con las ganas de descubrir dónde está el abuelo: